martes, 19 de julio de 2011

El Trovador

La escalera de cemento solamente hace esclavos.
La mentira no me gusta y por eso nunca miento.
Simplemente cuando canto sueño y al soñar invento.

Si yo digo lo que digo no es porque me sobre ciencia.
Yo no soy el que se mueve es el mundo que da vueltas.
He visto las maravillas que son posibles de ver, es decir todas las cosas, las imposibles también.

Y vi que pa´ ir al cielo son infinitas las puertas.

Espejo fui del espejo pa´ que comprenda la nada.
Y conocí las miserias en la bandeja de plata.
Alguna vez por adentro me camino lo de afuera, mi Dios yo fui el universo y no supe lo que era.
Fui grande y después pequeño pa´ ver que no hay diferencia y me fui lejos del pago pa´ conocer la querencia.

Si Señor.
Yo no soy lo que parezco sino lo que mi alma sueña.
Y si me caigo en los pozos es por mirar las estrellas.
Yo sueño panes enteros en un mundo de migajas.
Respiro fuerte y no muero porque no me da la gana.
Yo soy de los que caminan, yo no soy de los que marchan.
Nunca voy con los que lloran y siempre con los que cantan.
Soy el esclavo mas libre, esclavo de lo que amo.
La libertad y la belleza saben bien de quien les hablo.
No pierda tiempo paisano esperando por el tren, que pa´ andar la vida solo se necesitan los pies.

Caminante, caminante no confundas tu destino, que una cosa es la tierra y otra cosa es el camino.
Porque el tiempo le sobraba pa´ lo poco que sabia, el hombre invento la guerra por no conocer la vida.
El saber es necesario como el árbol pa´ la sombra, en manos del que no sabe la manzana es una bomba.
Del cañón hay que zafarse porque nunca dice nada, la violencia trae violencia pero nunca la esperanza.
No hay historia de segundos pero menos de terceros.
La cuenta comienza en uno y termina con el 0.
Yo no soy quien te aconseja, dale las gracias al tiempo.
Que del tiempo viene todo, todito lo que te cuento.

Atte. Facundo Cabral, EPD.

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