lunes, 14 de diciembre de 2009

Un colombiano se castra para no serle infiel a su mujer


El hombre contó cómo se practicó él mismo la rudimentaria operación y que luego le mostró a su mujer los testículos en un plato

“Ese día decidí que ya era el momento y tomé mi cuchilla de afeitar, la unté de sal y alcohol, y me abrí la bolsa escrotal. Sentí mucho dolor, pero me aguanté y luego con aguja e hilo me cosí ocho puntos”, dijo Alfonso Sánchez, en declaraciones divulgadas por los medios colombianos.

Tras extraerse los testículos, los colocó en un plato y se los mostró a su compañera, “que no me dijo nada”, agregó este campesino de 40 años, quien afirmó que desde hace seis años no tiene relaciones sexuales con ella y dice no saber la razón.

La decisión de castrarse no sólo se limita a evitar la infidelidad porque según asegura “las mujeres en el pueblo ya me estaban buscando”, sino a sus convicciones religiosas.

“Yo estoy con Dios y tengo que prepararme para entrar en el reino. Este mundo está corrupto y le tomé la delantera al mal”, justificó el campesino, cristiano.

El médico Javier Martínez que lo recibió en el servicio de urgencias del Hospital Universitario de Santander, en la ciudad de Bucaramanga (400 km al noreste de Bogotá), dijo que “las consecuencias definitivas del acto de este señor es que definitivamente ya no puede volver a tener hijos, y no volverá a tener erecciones”.

El campesino que vive en una apartada zona rural del departamento de Bolívar (norte), llegó al hospital en la noche del martes con una fuerte infección y hemorragia, luego de que en la mañana tomó la radical decisión para no caer en la infidelidad matrimonial.

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